A cuantísimos lugares me habría gustado volver tantas veces.
Volver a subirme al coche, autobús o tren (de aviones ni hablamos que están las
cosas fatal como para subirse allí arriba) y poder recorrer los cientos de km o
los muy pocos que me separasen de ese lugar en el que me lo pase tan tan bien y
disfrute tanto, y baile aún más y me volví loca con tantas canciones,
disfrutando de las puestas de sol desde la playa o desde la ventana de aquella habitación
de hotel.
Volver a reencontrarte con alguien a quien hacía tantísimo que
no veías. Aquella persona a la que a veces recordabas y pensabas: ¿Qué habrá sido
de ella/el? ¿Seguirá viviendo allí? ¿Habrá terminado ya la carrera? ¿Se
acordara de mí de vez en cuando como yo lo hago? Y llega el día en que lo
vuelves a ver. Y vuelves a recordar. Y recordáis juntos. Y qué bonito volver a
pensar en aquella infancia, en tantos juegos, en los primeros amores, los
primeros besos, todas aquellas pellas del instituto junt@s, el cómo fuimos
creciendo…y se va. Nos volvemos a ir pero con la idea metida en la cabeza de
que nos volveremos a encontrar. Y quizá ya no sea por casualidad el volver a
hacerlo.
Volver a sonreír. Qué cosa más bonita. Una buena sonrisa. Sincera.
De amor. De amistad. De verdad. Volver a ver cómo la gente sí que te sonreía cuando
tú no lo creías y robarle a todo el posible una sonrisa cuando menos se lo
espera. Al chico guapo que se cruza contigo por la calle o al que se sienta
enfrente tuya para tomarse una cerveza. Volver a robarlas y saber que a la vez
te las están robando. O a ellas. Volver a verlas sonreír cuando te ven feliz a
las 9 de la mañana yéndote a trabajar, gritándole por la ventana a nadie, después
de noches inexplicables… Volver a verlas llorar de risa sonriendo. Volver a
darme cuenta de su sonrisa. Volver a tenerlas conmigo.
Volver a no sufrir. Darte cuenta de que la vida son
momentos, instantes, etapas… que pasan. Y que se quedan dónde están y que no
hay que volver a por ellas. Ni si quiera para intentar limpiarlas y menos aún
si sabes que volverán a hacerte daño.
Volver a vivir. Volver a la tranquilidad. Volver a disfrutar
de la vida a la milésima de segundo, paso a paso, poquito a poco. Volver a ser
yo y saber que puedo serlo con los demás. Y que me agradezcan que lo sea.
Volver a volver.
Y qué bonito volver.
Yo, mi, me...conmigo.